L'existence
précède l'essence, Jean-Paul
Sartre
Este
artículo empieza con la famosa cita de Jean Paul Sartre “l'existence précède l'essence” (la existencia precede la esencia) de
su famoso texto “l’exitentialisme est un
humanisme” (el existencialismo es un humanismo). Allí, Jean Paul Sartre
cuestionó la tradición metafísica occidental anterior que anteponía la esencia
a la existencia siendo, para esta tradición, la esencia una realidad más
universal, fundamental e inmutable que la existencia misma, que sería particular
y contingente. El giro existencial sartriano, ya empezado por Kierkegaard,
coloca la existencia no solo anteriormente a la esencia sino que postula que la
existencia acaba constituyendo la esencia misma. En esta línea tenemos la frase
tan conocida de Simone de Beauvoir “on ne nait pas femme, on le devient” ( no
se nace mujer, se llega a serlo).
La
diferencia entre “esencia” y “existencia” se puede remitir en la historia de la
filosofía a la obra de Boecio, pero es Santo Tomás de Aquino en su “de ente et essentia” ( sobre el ser y la
esencia) donde elaboró esta diferencia y donde afirmó, dentro del marco
conceptual de la disputa sobre los universales, que se podía tener una esencia
sin existencia y una existencia sin esencia. Para de Aquino essentia est id quod per diffinitionem
significatur (esencia es aquello que se entiende por la definición de una
cosa) mientras que la existencia es el “actu
existens” ( el acto de existir).
Esta
diferencia entre “existencia” y “esencia” proveniente del escolasticismo puede
servirnos de base conceptual para entender los mecanismos sobre los cuales el
monosexismo se legitima y perpetua. De la misma derivo dos formas principales
que podemos tener para entender el monosexismo, a saber, monosexismo absoluto y
monosexismo relativo. Dentro del monosexismo relativo habría dos subgrupos, el
monosexismo substancial y el monosexismo formal.
Monosexismo absoluto
El
monosexismo absoluto niega la esencia ( aquello que se entiende por la
definición de una cosa) de la bisexualidad y la existencia de las personas
bisexuales ( las personas "de carne y hueso" a las que haría referencia Unamuno); lo cual supone, stricto sensu, una erradicación total y absoluta.
Este tipo de monosexismo, a diferencia de lo que suele pensarse dentro del
activismo bisexual normativo, no suele darse porque si se diese ni siquiera se
podría hablar de bisexualidad, perdiendo el monosexismo su propia razón de ser
exclusivamente basada en la negación de las plurisexualidades.
Monosexismo relativo formal
El
monosexismo formal niega la existencia pero no la esencia de la bisexualidad; es decir, este
tipo de monosexismo niega la existencia de las personas bisexuales pero
reconoce la bisexualidad como esencia ( algo de lo que se pueda hablar), aunque sea una esencia muerta, como
quien habla de animales quiméricos como el Yeti. Por ello, se puede hablar de
ella y se pueden construir razonamientos en base a la misma como quien puede
decir “el Yeti anduvo tres kilómetros por el Himalaya”. Generalmente se usa el
concepto “bisexualidad” en este sentido para legitimar el monosexismo en frases
donde la bisexualidad ya de antemano está negada como, por ejemplo, “la
bisexualidad no existe”. El decir “la bisexualidad no existe” equivaldría a
decir desde esta perspectiva monosexista “el Yeti no existe”, es una frase que no
proporciona ningún tipo de información nueva ya que el predicado está implícito
en el sujeto. A este tipo de juicios se
los llama dentro de la filosofía “analíticos”. Otro ejemplo de juicio analítico
es “una persona soltera no está casada” a diferencia de juicios sintéticos que
sí proporcionan información nueva como, por ejemplo, “la mesa es redonda” ( o cuadrada
o romboidal).
Por
ello, el hacer uso de la afirmación “la bisexualidad no existe” no es para
explicar nada sino para reafirmar una creencia que se tiene y para imponer una
visión del mundo monosexista que se refuerza por mecanismos de interpelación e
iterabilidad. Este tipo de monosexismo no está interesado en erradicar la
bisexualidad como esencia ( algo de lo que se pueda hablar) ya que, de hacerlo, se desarmaría a sí mismo al no poder hablar de la no- existencia de la bisexualidad. Por el contrario, la existencia, desde este tipo de monosexismo, está negada en el presente pero no necesariamente en el pasado o en el futuro; por eso este tipo de monosexismo,
aunque niegue la existencia de las personas bisexuales en el presente puede
reconocer la existencia de las mismas en un futuro utópico o en un pasado
primigenio ya sea colectivo, como ciertas corrientes antropológicas defienden, o
individual, como diría el psicoanálisis freudiano, lo cual supone una
alienación en relación con la situación presente de las personas que se
identifican como bisexuales y cuya existencia nunca se ve realizada.
Monosexismo relativo susbtancial
Por
el contrario, el monosexismo substancial niega la esencia pero no la
existencia. Este otro tipo de monosexismo relativo consiste en reconocer que
las personas bisexuales existen pero la bisexualidad no ( no es algo de lo que se pueda hablar). Aunque las personas bisexuales existamos y se pueda estar con nosotras, vernos o sentir nuestra presencia de otra manera, no somos realmente
bisexuales porque la bisexualidad no tiene cabida como algo de lo que se pueda hablar. En consecuencia, la bisexualidad tampoco es algo sobre lo cual podamos construir reivindicaciones basadas en derechos humanos/civiles/políticos/culturales/económicos/sociales o libertades fundamentales. Desde esta perspectiva, en realidad las personas bisexuales son realmente personas monosexuales que
van alternando entre dos monosexualidades, estando en una fase de promiscuidad
y confusión. Por ello, las personas bisexuales están oprimidas en
tanto que homosexuales y están privilegiadas en tanto que heterosexuales de lo cual si se puede hablar ya que tanto heterosexualidad como homosexualidad remiten a esencias. Que sean dos esencias separadas o una única dependerá del marco conceptual utilizado.
Desde
cualquier tipo de concepción monosexista se llega a la misma conclusión; es
decir, a la monosexualidad por defecto tanto como esencia y como existencia,
como creo que bien ha mostrado wuwei en este artículo que me ha servido de inspiración para redactar este que estás leyendo:
https://reflexionesdegeneradas.wordpress.com/2015/12/29/monosexualidad-por-defecto/
Desde
mi punto de vista, el activismo bisexual normativo lo que ha hecho en los
últimos años es centrarse en reivindicar la bisexualidad como esencia. Se nace
bisexual, se es 100% bisexual etc olvidándose de la existencia como ya he escrito
en este artículo:
http://articulosbisexualidad.blogspot.dk/2015/10/ser-bisexual-estar-bisexual.html
http://articulosbisexualidad.blogspot.dk/2015/10/ser-bisexual-estar-bisexual.html
Yo, por el contrario, reivindico la existencia antes de la esencia pero, independientemente de nuestra perspectiva personal, creo que la lucha contra el
monosexismo sería más efectiva y liberadora si sabemos acercarnos a cómo funciona el monosexismo desde sus diferentes formas ya que, en tanto que estructura de poder, su fuerza
radica no solo en su caracter interseccional y transversal con otras estructuras de poder sino que también en
el equívoco que provoca desde diferentes configuraciones ya sean de tipo absoluto, relativo- substancial o relativo-formal.
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