Estoy bastante harto de que en
determinados contextos autodefinidos como cuir o transfeministas se identifique
al ”hombre cis” así en singular-genérico-abstracto como al opresor por
antonomasia, y estoy harto no porque niegue que la mayoría de las sociedades
estén estructuradas por el patriarcado, el cisexismo y la intersección de ambas
estructuras de poder, sino por el tipo de feminismo desde el cual se suele
hacer esta crítica y la forma que tiene de hacerla, esencialista, binaria,
biologicista y heterodesignada.
Ya desde los feminismos se cuestionó la opresión ligada al hablar de ”la mujer” en vez de “las mujeres” pero parece ser que para hablar de “el varón cis” se utiliza exactamente el mismo paradigma de siempre que es igual de reduccionista y problemático; el "varón cis" desde este paradigma es un ente homogéneo sin realidades conceptuales o individuales propias; de esta manera se reduce el plano ontológico, vivencial, plural y difracto de la existencia al plano óntico de las categorías, de los axiomas, del positivismo apriorístico nihilista, del dogmatismo cerrado.
Ya desde los feminismos se cuestionó la opresión ligada al hablar de ”la mujer” en vez de “las mujeres” pero parece ser que para hablar de “el varón cis” se utiliza exactamente el mismo paradigma de siempre que es igual de reduccionista y problemático; el "varón cis" desde este paradigma es un ente homogéneo sin realidades conceptuales o individuales propias; de esta manera se reduce el plano ontológico, vivencial, plural y difracto de la existencia al plano óntico de las categorías, de los axiomas, del positivismo apriorístico nihilista, del dogmatismo cerrado.
Leonor Silvestri escribe en su
diario de la poeta mala “Los cuerpos biopolíticamente asignados a la violencia
de género llamada “varón” y su subjetividad me resultan erradas (…) solo se me
ocurre algo peor que ser mujer y es ser varón, esto último es lo peor que el
ser humano tiene para ofrecer al mundo”.
Hay dos cuestiones que me surgen
de esta frase, primera “los cuerpos biopolíticamente asignados a la violencia
de género llamada varón” por quién o por quiénes son (hetero)asignados? Es
decir quién asigna este género biopolíticamente a unos estos cuerpos y desde
qué parámetros? La segunda cuestión es porqué lo peor que tiene que ofrecer el
ser humano al mundo es el “varón” y no "le blanque" o la persona que no tiene
diversidad funcional o le heterosexual o le monosexual?
Si deconstruimos esta forma de
plantear las cosas lo primero que se me viene a la cabeza es que este tipo de
planteamientos ofrecen más problemas que soluciones para todo el mundo y en
resumidas cuentas me recuerda este discurso a un discurso implantando como
hegemonía dentro de la disidencia que no hace otra cosa que reproducir el
paradigma mismo que trata de combatir, y lo puedo ilustrar con ciertos ejemplos
ligados a vivencias y de los cuales estoy bastante harto porque o yo o personas a las que tengo apego han tenido estas vivencias.
Estoy harto de que en lugares
separatistas para bolleras, mujeres y personas trans a mis amigos les hayan
preguntado que qué tienen entre las piernas o directamente les hayan metido
mano en la puerta para saber si pueden entrar o no en el espacio, y sí cuando digo “amigos”
me estoy refiriendo aquí a hombres trans, que también es cisexista el pensar
que se es cis si no se especifica lo contrario; y sí cuando lo digo en plural,
es porque ha pasado varias veces. Por qué les han metido mano a estas personas
en plan gender policing? Pues precisamente por la asignación biopolítica de “varón
cis” en función a una lectura heteronormativa del cuerpo de estas personas, porque
tenían barba, porque tenían una expresión de género masculina o porque eran
vistos como “heteronormativos” cuando la heteronormatividad y el heterosexismo
realmente fueron ejercidos por las lecturas “feministas” de sus cuerpos.
Estoy también harto de las
personas a las que les ponen los “hombres trans” en plan exotificación, pero
les repulsan los “hombres cis” porque muchas veces lo que están haciendo estás
bienintencionadas personas es no reconocer el género con el cual se identifica
la persona y el cual no se manifiesta necesariamente a través de la
heteronormatividad ligada a una expresión de género que le adscriben a su
cuerpo.
Estoy harto de que se reduzca el
cuerpo de los hombres cis a pollas porque es biologicismo reduccionista y es
reproducir el falogocentrismo y es, otra vez más, heteronormatividad y
cisexismo reduciendo los privilegios a una parte del cuerpo que no necesariamente
tienen exclusivamente “varones cis”.
Estoy harto de que amigues de género
no binario sean clasificades como “hombres cis” por lecturas esencialistas de
su expresión de género, parece ser que a un “varón cis” se le puede calar sin
que ni siquiera abra la boca. Estoy harto que para que estas personas no sean
leídas por el género no deseado tengan que llevar a cabo procesos de
disciplinamiento genérico según los parámetros y normas de otr*s que suelen
ser, por defecto, heteronormativ*s y cisexistas.
Estoy harto de que personas femme
sean consideradas “hombres cis” simplemente por adscripciones biologicistas de
lo que se cree que “realmente son”, y esto lo he visto en varias ocasiones a la
hora de crear espacios para sex parties en contextos cuir.
Estoy harto de que siempre se
presuponga mi pronombre (él) en contextos donde a otras personas se les
pregunta que pronombre usan.
Estoy harto de que se piense que
todos los “hombres cis” nacen “hombres cis” y no pueden tener una narrativa
existencial donde haya habido otros géneros y opresiones ligadas a los mismos,
de nuevo volvemos al esencialismo y a la reificación.
Estoy bastante harto de que en
contextos donde el tema principal sea el debatir el monosexismo que se saque la
tarjeta “hombre cis” para que los hombres cis plurisexuales no puedan hablar de
sus experiencias de opresión mientras que personas monosexuales ( o no) de
otros géneros ocupen la mayor parte del espacio y la agenda a discutir sobre
otros temas no necesariamente ligados con el evento.
Estoy harto que esta crítica al
privilegio cis y patriarcal al que me refiero sea hecha muchas veces por
personas que no cuestionan ni de lejos sus privilegios de clase, orientación
sexual, expresión de género, raza, edad o diversidad funcional y usen la carta “varón
cis” precisamente para blindar sus privilegios en otras áreas y que no se hable
del tema.
Estoy bastante harto de que en
ambientes cuir o transfeministas lo que domine muchas veces y de manera
inconsciente por mero atavismo de política gimmick es el feminismo más casposo y esencialista de la
segunda ola que ve los géneros de una manera binaria, natural y dicotómica y
que identifica “el problema” con el hombre cis y por extensión con unos
genitales específicos ( o una lectura de genitales específica sin entender que
los genitales pueden ser leídos de una manera equívoca y plural y que es la
propia persona que los tiene la que les debería dar el significado que quiera!).
Estoy harto de que cuando digo
que soy “hombre cis” haya gente que se ofenda
y me cuestione porqué me identifico con “el opresor”. Estoy harto de que
sea la misma gente que se apropia de identidades trans desde un privilegio cis
no cuestionado, estoy harto de la falta de reconocimiento de los privilegios
propios.
Estoy harto de que el “hombre cis”
solo pueda ser visto como poseedor de privilegios. Estoy harto del binarismo
implícito en el binomio varón cis – otr*s porque me recuerda a todo el binarismo ligado con el monosexismo que vivo día a día.
Estoy harto de que en algunos
contextos cuir y transfeministas se vea incompatible la identidad “hombre cis”
con la ideología “cuir” desde una política identitaria que asimila identidades a opresiones/privilegios sin transversalidad alguna.
Estoy bastante harto de que junto a
esta demonización de los “hombres cis” haya una instrumentalización y exotificación
de los hombres trans y una apropiación de la lucha de las personas trans por
parte de personas cis desde el paternalismo y la condescendencia ya que, en
muchos casos, la razón por la cual antiguos contextos feministas de la segunda
ola se identifican como “transfeministas” es por exotificación y apropiación más
que por otra cosa, lo cual es un tipo de cisexismo y postureo ( tokenism).
Estoy harto de que mujeres/bolleras cis hablen exclusivamente en femenino genérico en lugares donde hay personas de género no binario y
hombres trans. Estoy harto de que cuando cuestiono esta práctica se saque la
tarjeta “hombre cis” sin tener en absoluto en cuenta las ideas que expreso y
sin que estas personas cuestionen su privilegio cis en absoluto.
Estoy harto de que se identifique
bollera ( dyke) con cuir, marica ( faggot) con cuir y “bisexual” con le
opresore, estoy harto de que se identifiquen identidades con opresión y no
procesos o estructuras.
Estoy harto de que se piense y se
presuponga que por defecto todos los hombres cis no tienen ni idea de
feminismo. Estoy harto de que se ridiculice y desprecie el feminismo diciendo
“el feminismo no trata sobre tu derecho a llorar” como si no hubiese problemas
estructurales e intersecciones que una crítica feminista pueda expresar para
destruir los géneros y reforzar los que nos de la gana.
Estoy harto de que en contextos
académicos no separatistas cuando se habla de “feminismo” se acaba hablando de “mujeres”
y, en consecuencia de mujeres blancas, de clase media-alta y sin diversidad funcional.
Estoy harto de que cuando se ponen en cuestión ( call out) estas prácticas
opresoras se saca la carta “varón cis”.
Estoy harto de que ciertos feminismos
vean que es el “hombre cis” el responsable de la opresión de las trabajadoras
sexuales y no lo sea el sistema o las feministas abolicionistas que usan una
retórica criptomachista en todas sus formas.
Estoy harto de la falta de
interseccionalidad de la cosificación, deshumanización e ignorancia que está
detrás de ese discurso feminista que achaca al “hombre cis” los problemas del
mundo mientras que refuerza concomitantemente la estructura patriarcal y
cisexista.
Estoy harto de los feminismos que ven el problema en el "hombre cis" mientras refuerzan y perpetuan el sexismo y la homofobia sin deconstruir otros términos como "mujer".
Estoy harto de los feminismos que ven el problema en el "hombre cis" mientras refuerzan y perpetuan el sexismo y la homofobia sin deconstruir otros términos como "mujer".
Estoy harto de la jerarquización
de privilegios y de opresiones por intereses propios y por falta de solidaridad
y que no se tengan en cuenta las vivencias propias de las personas porque ya
son puestas en cajas heterodesignadas por otres desde un principio.
Estoy harto de la doble
conciencia que uno tiene que desarrollar en ciertos contextos dominados por el
aspectismo por cómo es leído y lo que verdaderamente siente porque sabe que las
lecturas más normativas son las que al final van a prevalecer en la lectura de
uno.
Estoy, por supuesto, harto del
patriarcado del cisexismo y de las estructuras de poder y de toda su basura y mientras, voy tomando autoconsciencia y responsabilidad de la opresión que ejerzo
por mis privilegios, también me voy convenciendo cada vez más de que toda
crítica a las estructuras de poder imperantes, lo que hace desde la mayor parte
de movimientos activistas que conozco es, y de una manera paradójica,
reforzarlas y legitimarlas.
Mientras no se cuestione y se
deconstruyan los instrumentos y mecanismos mismos por los cuales leemos a otras personas y les
otorgamos privilegios y subjetividades, el binarismo, biologicismo,
esencialismo y positivismo se encargarán de que el paradigma cambie sólo en la
superficie pero jamás en la estructura.
Sigamos
heteroasignando biopolíticamente “varón cis” y punto a quién leamos como tal en
plan “concepto paraguas” sin tener para nada en cuenta otras estructuras o
mecanismos de opresión, vivencias, subjetividades, identidades, pluralidad de
géneros, desde qué presupuestos leemos a la gente y un largo etcétera y sigamos
blindando el sistema haciéndole un favor adscribiendo “el problema” al “hombre
cis”, mientras continuamos hundiéndonos interseccionalmente en la mierda.
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